Andrea Zorrilla 1ºF.B.
El otro día en clase de literatura universal, leímos un fragmento de Fausto (Margarita deshoja la margarita).
Fausto es una obra dialogada, escrita para ser leída más que
para ser representada. Es una de las obras más famosas de Goethe. Fue publicada
en dos partes. Es una de las grandes obras de la literatura universal.
Goethe terminó de escribir la Segunda parte de Fausto en
1832, el año de su muerte. A diferencia de la Primera parte, el foco de la
acción ya no está centrado en el alma de Fausto, que ha sido vendida al diablo,
sino más bien en fenómenos sociales como la psicología, la historia y la
política. La segunda parte constituyó la principal ocupación de Goethe en sus
últimos años y apareció solo en 1832.
En esta obra aparece el demonio (Mefistófeles).
Mefistófeles representa para Fausto una vuelta a la
juventud, le ofrece demostrarle que aún quedan misterios del mundo que
desconoce y le devuelve la pasión. Si bien Fausto confía en que podrá dominar a
Mefistófeles y manipularlo, la situación termina dándose de manera distinta, es
Mefistófeles quien conduce a Fausto según su gusto para que éste confíe
plenamente en él y se entregue a sus juegos.
Fausto vive su amor por Margarita como un amor de
iniciación. La pasión que él siente (en parte por los trucos de Mefistófeles)
lo mueven a acercarse a esta chica que queda cautivada por él. Aún cuando
Fausto intenta protegerla, la magia de Mefistófeles consigue (de manera
indirecta) quebrantar la paz en la vida de Margarita. Luego descubrimos el
encarcelamiento de Margarita y el motivo de su encierro, que fue asesinar al
hijo que nació como fruto de la unión con Fausto (aún cuando Fausto no sabía de
su hijo).
La profesora comentó algo acerca del Mito de Fausto y yo
quería compartirlo con todos vosotros.
Fausto es médico, al igual que lo había sido su padre. Había
volcado toda su fe en la ciencia. Aunque en otros momentos de la tragedia,
pondrán en evidencia que no tuvo escrúpulos en recurrir a procedimientos nada
científicos, valiéndose de artificios mágicos. Su obsesión por investigar y
adquirir todo el conocimiento, lo ha alejado del mundo y de la sociedad. Habita
en una vieja casa gótica, pasa todo su tiempo en un gabinete de estudio,
cubierto de estanterías llenas de antiguos libros, donde también se encuentran
instrumentos de experimentación química con todo tipo de sustancias. Su única
compañía es Wagner, quien es a la vez su discípulo y asistente. Fausto es presa
de la angustia y la frustación provocada por el fracaso de sus intentos de
alcanzar la máxima sabiduría. No encuentra sentido alguno a su vida y a sus
esfuerzos. Oscila su ánimo entre la euforia y la depresión. Recupera en cierto
grado el aprecio hacia la vida, sólo para encontrarse con Mefistófeles, que
volverá a tentarle y a conducirlo por la senda del mal. Fausto no se amilana
por la propuesta del maligno. Ya había declarado antes, que no sentía temor por
el Infierno, si ése era el precio de alcanzar el conocimiento supremo, es decir, vende su alma para alcanzar la máxima sabiduría.
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